Conferencia sobre Murillo en Carmona en abril de 2017, recién jubilado:
Conferencia en Espera, Cádiz. 2019
EL PUERTO.- El concejal de Patrimonio Histórico del
Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, David Calleja, anima a asistir
a la conferencia “Un siglo de pintura contemporánea, análisis y
reflexión”, que, bajo la organización de la Asociación Cultural Filomonium,
el catedrático emérito de Historia del Arte de la Universidad de
Sevilla Enrique Valdivieso protagonizará este jueves 27 de agosto a
partir de las 20:30 horas en el Hotel Bodega Real.
Calleja destaca la labor que desarrolla Filomonium, entidad que preside Ana Rizo,
y agradece a la institución que inicie un nuevo ciclo de actividades en
el marco de su objetivo, la puesta en valor y defensa del patrimonio
histórico, especialmente el de la ciudad portuense.
Fernando III de León y de Castilla, llamado «el Santo» (Peleas de Arriba, 1199 o 24 de junio de 1201-Sevilla, 30 de mayo de 1252), fue rey de Castilla entre 1217 y 1252 y de León entre 1230 y 1252.
Tras un terremoto, el cimborrio de la catedral de Sevilla se vino abajo. Año 1888, vemos las obras dela restauración y la luz que entraba intensamente.
San Fernando liberó Sevilla del Islam en 1248. Se celebra su día el 30 de mayo cuando se puede visitar su momia en la catedral de Sevilla. La escultura es de estilo barroco y aparece con sus símbolos característicos de la espada, la cruz y el mundo. Aparece con vestimenta militar de los ejércitos de Felipe III con armadura, jubón y alzacuellos de la época. Siglo XVII.
Diana cazadora de Itálica, museo arqueológico de Sevilla. Y Diana cazadora de corte neoclásico del museo del Louvre.
Grosso modo, Diana es la diosa de los bosques y la fauna que los habita y también la diosa de la castidad. Pues convirtió en corzo al fauno que la pretendía. Pero le prometió que nunca se separaría de él. Por lo que le arrancó la piel después de cazarlo y así llevar siempre su piel.
Obsérvese la sillería, las arquivoltas, los arcos abocinados de medio punto y las tallas de las figuras del tímpano que adaptan su tamaño al arco y que tratan de contarnos toda su historia.
El crucero fue rematado con una torre de aspecto defensivo. Los gruesos muros van reforzados por toscos contrafuertes en susodicho crucero. Podemos ver arte románico en Castilla desde el siglo X-XI al XIV, época en la que va mezclándose con el gótico mudéjar.
Nos encontramos ante una obra de arte conceptual contemporáneo, concretamente de la escuela sevillana de Nervión/Santa Justa cuya autora es una de sus componentes femeninas famosa por su pelazo y por dar clases en una academia de Triana.
En cuanto a la técnica empleada podemos observar la utilización de material procedente del arte povera como son tres pinzas y una cuerda de tender (influencia del famoso tema de Elvis Presley «Love me tender»). Ha buscado así mismo un marcado eje de simetría renacentista marcado por la pinza del centro. Podríamos decir que aquí la artista se ha servido del concepto de arte del «j'ai trouvé» que ya inició Marcel Duchamp con el surrealismo. Aunque en este caso no queda muy claro si la función de la obra de arte busca un representar un fin diferente para el que fueron creadas las piezas. En cuanto al uso de la luz y los colores vemos una clara intencionalidad de enfoque y visión optimista de la situación de encierro que sufría la artista provocada por la crisis sanitaria del año 2020, seguramente es un arte conceptual que critica cualquier situación de encierro como pudiera ser la crítica taurina contra los sanfermines, y de paso una reivindicación por la igualdad de género y número en esta sociedad neocatecumenal, patriarca y capitalista.
Así mismo la.disposición de las pinzas nos recuerda a los triglifos del Partenón de Atenas.
Podemos encontrar obras similares en galerías de Arte contemporáneo, museos y peluquerías.
La historia de Écija es tan amplia como su riqueza artística. La fundación de la ciudad se sitúa en el siglo VIII antes de Cristo, en el ámbito de la civilización tartésica.
Hasta la conquista romana, hacia el 200
a.C., se trató probablemente de un pequeño poblado turdetano de
cabañas, emplazada en la ligera elevación conocida como Cerro del
Alcázar o de San Gil (“El Picadero”).
La ciudad conoció su mayor etapa de
esplendor durante la dominación romana, participó a favor de César en
las Guerras Civiles contra Pompeyo y, hacia el año 14 antes de Cristo
se fundó ya en el llano la colonia llamada “Augusta Firma Astigi”, una
gran ciudad de nueva planta, con calles pavimentadas trazadas en
retícula regular, cloacas y red de distribución de aguas, templos,
foro, termas y anfiteatro, junto a un puente por el que la Vía Augusta
cruzaba el Genil. Desde entonces fue la capital de un extensísimo
convento jurídico, uno de los cuatro en los que se dividía la Bética,
que comprendía 49 ciudades y abarcaba gran parte de las actuales
provincias de Córdoba, Granada y Jaén. Su principal riqueza derivaba
del cultivo olivarero y de la exportación del aceite a larga distancia,
empleando la vía fluvial por el Genil y el Guadalquivir y luego la
marítima desde Sevilla.
Mosaico Baco
La ciudad siguió siendo un importante
foco cultural y religioso a la caída del Imperio, en época visigoda,
cuando llegó a ser sede de un obispado, y en época islámica, en la que
fue capital de provincia durante el emirato y el califato. Los
cronistas árabes destacan la fertilidad y riqueza de su territorio, en
el que se asentó un importante poblamiento bereber. Los musulmanes
introdujeron los cultivos de regadío y, entre ellos, el algodón cuyo
desarrollo característico en Écija, llevó a acuñar el sobrenombre de Madînat al-qutn (“La ciudad del algodón”).
En mayo de 1240 Écija fue conquistada
por Fernando III y repartida entre nuevos pobladores castellanos, entre
ellos muchos nobles, las órdenes militares y la Iglesia. El desarrollo
de la gran propiedad terrateniente que ha marcado toda la historia
posterior, bajomedieval y moderna arranca, en buena medida, de este
reparto feudal y de su desarrollo en la Época Moderna.
Torre de San Juan
En 1402 Enrique III restituyó a Écija el
título de “Ciudad”. Los favores reales siguieron: Carlos I añade el
título de “Muy leal” al de “Muy noble” que ya ostentaba Écija. Felipe V
le otorga el nombramiento de “Constante, leal y fidelísima” en 1710.
Todo el siglo XVIII, considerado “El siglo de oro ecijano”, vive un
esplendor de construcciones civiles y de iglesias, vinculado a la
concentración de la propiedad y del poder eclesiástico y aristocrático:
no en vano en esta época radicaron en la ciudad unos 40 títulos
nobiliarios, 13 de ellos Grandes de España.
Mimada por la realeza, en 1880 Alfonso XII
otorga al Ayuntamiento el tratamiento de “Excelentísimo”. Ya en
nuestro siglo, concretamente en 1966, recibe un nuevo título, tan
merecido o más que los anteriores: el de “Conjunto
Histórico-Artístico”.
Fundación
La iglesia parroquial de San Juan Bautista data del Repartimiento
que se realizó tras la toma de la ciudad, formando parte de una de las
cuatro collaciones en las que se dividió el caserío ecijano. Su fábrica
respondía al tipo de iglesia gótico-mudéjar, de tres naves cubiertas
por armadura de madera y cabecera poligonal de cantería. Adosada a la
nave de la Epístola se encontraba la Capilla Sacramental. Sucesivas
reformas a lo largo de los siglos XVI y XVII cambiaron
significativamente la fisionomía interna del edificio, construyéndose en
el segundo cuarto del siglo XVIII la torre. La fábrica presentaba en
1776 inminente ruina, siendo derribada la iglesia en su totalidad para
su construcción de nueva planta. Mientras se realizaban las obras del
nuevo templo, la parroquia fue trasladada provisionalmente a la aledaña
Capilla Sacramental.
Iglesia
Los planos de la nueva fábrica fueron realizados por el arquitecto
cordobés Ignacio de Tomás en 1792, inspirándose en la basílica de San
Juan de Letrán de Roma. El edificio neoclásico proyectado contaba con
tres naves, cubiertas por bóveda de cañón y lunetos, con bóveda vaída
en el crucero.
Tras iniciarse las obras, éstas fueron suspendidas en 1807,
llegándose a construir las portadas y diversos elementos del cuerpo de
la iglesia. Por ello la parroquia continuó establecida en la Capilla
Sacramental hasta la actualidad.
Tras permanecer varios años en restauración y rehabilitación, con
la creación e intervención de dos Escuelas-Taller promovidas por la
Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, con colaboración del
Ayuntamiento y del Servicio Andaluz de Empleo, la Iglesia fue
bendecida en 21 de marzo de 2006 por el Cardenal Arzobispo de Sevilla,
Carlos Amigo Vallejo. Capilla Sacramental
Fue la única parte que había quedado en pie de la antigua fábrica,
siendo reparada en 1794 bajo la dirección de Fernando Rosales, Maestro
mayor de obras del Arzobispado, derribándose la bóveda y la tribuna de
la capilla, construyéndolas de nuevo. Su planta es de cruz latina, de
una sola nave, con crucero, camarín y capilla bautismal. Situándose a
los pies de la nave el sagrario, cubierto por bóveda vaída acasetonada
sobre pechinas gallonadas. La nave se cubre con bóveda de cañón y
lunetos, media naranja sobre pechinas en el crucero y boveda esquifada
en los extremos. Torre
La antigua torre se situaba a los pies de la nave de la Epístola,
fue derribada para ser construida de nueva planta. Iniciada por los
alarifes ecijanos Lucas Bazán y Antonio Corrales, padeció mucho con el
terremoto de 1755, por lo que fue necesario derribar la obra e iniciar
otra bajo la supervisión de Pedro de Silva y la dirección de Fernando
Martín Bizarro. Se encuentra situada junto a la cabecera de la
inacabada iglesia. Consta de un elevado fuste realizado en ladrillo, en
el que se abre un balcón en uno de sus frentes con profusa decoración
de ladrillo tallado, alternándose en sus frentes vanos circulares. El
primer cuerpo, denominado de campanas, consta de dos vanos trilobulados
en cada uno de sus frentes, flanqueados por estípites y pinjantes,
elevados sobre pedestales. El segundo cuerpo se enmarca por una potente
balaustrada pétrea con remates decorativos, de cuyo centro emerge un
cuerpo circular de cuatro vanos de medio punto, flanqueados por
contrafuertes moldurados. El tercer cuerpo, también circular, de cuatro
vanos ciegos, se remata por el cupulín que sirve de base a un ángel
portador del estandarte de la Orden de Malta, que hace las veces de
veleta. La decoración del conjunto combina molduras, pinjantes, frisos,
escudos y capiteles de ladrillo tallado, elementos decorativos
pétreos, revocos pintados y cerámica azul vidriada. Esta última se
centra en pedestales, etípites, fajas, cupulín, etc. lo que crea un
efecto polícromo muy bello junto con el enfoscado de los cuerpos
superiores, que lo diferencian claramente del fuste de ladrillo limpio.
Palacio de Peñaflor
El palacio de Peñaflor, conocido también como los “balcones largos”, es un palacio urbano español del siglo XVIII de estilo barroco, situado en Écija, en la provincia de Sevilla, Andalucía.
Historia
El
palacio fue construido entre los años 1700 y 1775. Está declarado como
“Monumento Histórico-Artístico” desde 1962 y protegido como Bien de Interés Cultural.
El palacio fue residencia de la familia de Peñaflor hasta 1958, cuando
falleció la marquesa viuda sin descendencia. Desde entonces los bienes
fueron administrados por la Fundación de los Excelentísimos Señores
Marqueses de Peñaflor y de Cortes de Graena
Su archivo histórico es de un valor incalculable. En 1958 la marquesa viuda de Peñaflor
legó el palacio y todos su bienes para su restauración y puesta en
valor, si bien nunca llegó a cumplir sus últimas voluntades y se
vendieron tierras y palacio, este último en 1992 al Ayuntamiento de
Écija.
Descripción
El
edificio está situado en la antigua calle de los Caballeros y destaca
por sus formas curvas y por la profundidad que crea la fachada. Su
tendencia horizontal se rompe con la verticalidad de la portada, que es
de gran monumentalidad: adintelada con columnas sobre basamento que
sostienen un frontón mixtilíneo que alberga en su interior el escudo de
sus fundadores.
En el segundo cuerpo se abre un balcón que servía para que los Marqueses
hicieran sus apariciones públicas. El balcón, flanqueado por columnas salomónicas
sobre cabezas de leones, acentúa el carácter barroco. La torre-mirador,
cuadrada, también contribuye a romper la horizontalidad del edificio.
El palacio se organiza en torno a un patio central de mediados
del s.XVIII rodeado por todas las habitaciones de la vivienda
distribuidas en una planta baja y otra superior, teniendo veinte
columnas de mármol blanco con bellos capiteles En el centro una
elegante fuente de mármol con doce caños que se suma a otras muchas
repartidas por la casa, bajo la galería que forman los arcos, un
original friso que cubre la parte baja, formado a base de placas de
mármol negro de Córdoba, mármol rosa de Cabra y ágata de Lanjarón.
De gran interés artístico es la decoración de la escalera de
acceso a la planta alta: tres arcos de medio punto apoyando en dobles
columnas sobre pedestales preceden la cúpula de media naranja que cierra
la caja de la escalera. La cúpula, dividida por ocho costillas que se
unen en el centro por un florón, se decora toda con yeserías. Los
elementos que aparecen son querubines, conchas, hojas de acanto e
incluso dos estípites a ambos lados del retablo de Ntra. Sª. del
Rosario. Es un programa decorativo realizado por Cristóbal Portillo a finales del siglo XVIII
En su interior tiene espaciosos salones, luciendo algunos de
ellos airosos cupulines con delicados rosetones y rica marquetería. Son
importantes sus caballerizas con bella portada de estilo dórico y en sus interior tres naves con bóveda de arista sobre sólidas columnas.
Es famoso su largo balcón corrido que sigue la curva de la calle,
donde figuran pinturas al fresco policromadas, de paisajes con perfiles
y marcos arquitectónicos y trompe l'oeils, obra del artista madrileño Antonio Fernández. Contiene bellos trabajos de escayola y todo su mobiliario original.
Conservación
A pesar de estar catalogado como Monumento Nacional,
el palacio fue objeto de un intento para ser convertido en hotel.
Suspendido el proyecto, durante algunos años estuvo en estado de
abandono y ruina y sujeto a un preocupante deterioro. Afortunadamente,
el edificio fue objeto de una restauración que, en su primera fase, se
ocupó de la fachada, torreón, caballerizas y escalera abovedada, y en su
segunda fase (2019)del patio principal. Actualmente se busca
financiación para iniciar una tercera fase para la recuperación de las
habitciones adyacentes al patio principal.
Palacio de Valdehermoso
Palacio
construido en el siglo XVI, donde llama especialmente la atención su
bellísima portada plateresca, muy relacionada con el renacimiento
cordobés del siglo XVI y situado en la zona más privilegiada de Écija.
El palacio fue construido en 1530, en estilo plateresco. La portada
está colocada en el ángulo de la espaciosa barrera, cuyos puntos
iniciales lo forman robustos miradores que contienen en sus bases fustes
romanos de granito. Destaca su magnífica escalera del siglo XVIII.
El palacio de Benamejí
El palacio de Benamejí (también conocido como palacio de los Condes de Benamejí o de los Condes de Valverde) en la localidad de Ecija (provincia de Sevilla),
es una de las obras fundamentales de la arquitectura civil del siglo
XVIII en Andalucía. Se encuentra ligado en su origen al marquesado de
Benamejí, y posteriormente a los condes de Valverde. Su construcción
define de manera precisa la concepción particular que del estilo barroco
se tiene en la baja Andalucía.
En 1994 fue declarado Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional. Desde 1997 es sede del Museo Histórico Municipal de Écija.1
Historia
El edificio se construyó en el primer tercio del siglo XVIII por los marqueses de Benamejí.
A comienzos del siglo XIX, durante la ocupación francesa fue convertido
en cuartel. Pasó más tarde a ser propiedad de los condes de Valverde y
en 1906 fue adquirido por el Ayuntamiento de Écija que lo cedió a la
Remonta Militar que lo ocupó durante casi todo el siglo XX. Desde 1997
es la sede del Museo Histórico Municipal.2
El inmueble
El
inmueble, de grandes dimensiones, tiene sus elementos más destacados en
la fachada principal y en la magnífica escalera principal, tanto por la
propia fábrica como por el aparato ornamental. De gran importancia son
también el apeadero, las carroceras y caballerizas, así como el patio.
El edificio construido en el primer tercio del siglo XVIII,
presenta planta irregular. Originariamente, estuvo constituido por las
siguientes dependencias: Apeadero, carroceras, salones, panadería,
patios, oratorio, guadarnés, casapuerta, jardín, cocina, escalera
principal, caballerizas (con entrada independiente) y casa de labor .
Este conjunto de estancias se ha visto parcialmente afectado por las
reformas llevadas a cabo en el siglo XX. No obstante, siguen destacando
por su interés las fachadas, el apeadero, el patio y la escalera
principal, las caballerizas, el oratorio y los salones, así como las
dependencias nobles.
Fachada
La
fachada principal, de gran monumentalidad, está realizada en ladrillo.
Se estructura en dos cuerpos, con portada en el centro y torres-mi-
radares en sus extremos. El cuerpo inferior, presenta zócalo corrido
sobre el cual se apoyan pilastras que recorren también el siguiente
cuerpo. Este, a su vez, está decorado por balcones cuyos vanos aparecen
reenmarcados por molduras mixtilíneas, con frontón movido y remates
superiores que llegan a interrumpir el desarrollo de la cornisa.
La portada principal, situada en el centro de dicha fachada, es de gran
monumentalidad, y aporta una nota de variedad y riqueza ornamental. Está
estructurada en dos cuerpos. El primero se compone de vano de acceso
adintelado, flanqueado por cuatro columnas de mármol (situadas en
distintos planos) sobre pedestales, y con molduras curvilíneas. La parte
superior de este cuerpo está recorrida por una cornisa movida, que da
paso a la balconada superior. El segundo repite el esquema del anterior,
con algunas variantes. El vano presenta en su parte superior arco
mixtilíneo, con profusa decoración de molduras. Coronando todo esto se
encuentra un escudo, sostenido por dos figuras, y perteneciente a la
familia Bernuy.
En los extremos de la fachada principal se sitúan dos
torres-miradores. De planta cuadrada, presentan dos cuerpos, separados
por moldura. En el primero, muestran un balcón de características
similares a los presentados en el resto de la fachada, mientras en ei
segundo destacan arcos ciegos de medio punto, con vanos rectangulares en
cada uno de sus lados. Todo ello se remata con chapitel poligonal
recubierto de tejas.
El acceso al inmueble se realiza a través del vestíbulo. Tras él,
se accede al patio del apeadero, mediante arco rebajado realizado en
ladrillo, con remarques en tendel y ornamentación de pinjantes en
arranques y clave.
Patio y escalera del palacio de Benamejí.
Patio
El patio es
de planta rectangular y en su costado derecho se abre una portada en
piedra, que da acceso a las caballerizas. Estas se caracterizan por
presentar planta rectangular de tres naves, separadas por columnas
toscanas de mármol y arcos de medio punto en ladrillo; la cubierta, por
su parte, se resuelve a base de bóvedas baídas. A ambos lados de los
muros de cerramiento se sitúan pesebres o abrevaderos, decorados en sus
zócalos con pinjantes. Las caballerizas conservan la primitiva entrada
independiente.
En el costado izquierdo del patio se encuentra el salón del
palacio, tras el cual se abre el antiguo jardín. No obstante, el
elemento más destacado del patio se encuentra en su frente principal.
Bajo una balconada ricamente decorada aparece un arco rebajado en
ladrillo, que da acceso a la escalera principal. La escalera, magnífica
construcción que responde al tipo imperial, consta de dos tramos
ascendentes, los cuales a través de un descansillo, conducen a un único
tiro superior, de disposición contraria. La escalera se abre con un
triple arquería lobulada, sostenida por pares dc columnas de mármol
sobre pedestales. El espacio de la caja de escalera se cubre con bóveda
de media naranja sobre pechinas. En planta, y bl\jo el arco central de
la misma, se abre una puerta que conduce al patio principal. A cada lado
de la escalera se disponen varias dependencias, que en su día sirvieron
para distintos menesteres: Panadería, sala de recepción ... Entre ellas
destaca la capilla u oratorio, que se encuentra a la izquierda. Es de
pequeñas dimensiones y planta rectangular.
De gran importancia es también el patio central. Presenta planta
cuadrada y doble galería porticada, con columnas toscanas de mármol y
cuerpo cúbico a modo de cimacio los arcos son de medio punto en el piso
inferior y rebajados en el superior. Estos arcos están realizados en
ladrillo y presentan decoración de ménsulas y pinjantes en clave y
enjutas. El cuerpo alto está recorrido por un barandal metálico. En el
centro de dicho patio destaca una fuente de traza poligonal.
Alrededor del patio se sitúan otras estancias del palacio:
Salones, comedores y dormitorios. Estas se caracterizan por ser de
planta rectangular y por poseer cubiertas adinteladas con recias vigas
de madera. Entre ellas destaca un gran salón, inmediato al desembarco de
la escalera. A la izquierda del conjunto del patio principal se ubica
la antigua casa de labor, hoy muy transformada.
Parroquia de Santa María
Situada en pleno centro de la ciudad de Écija, al lado de la casa consistorial, la Parroquia de Santa María data
del siglo XVIII, pues fue construido sobre un antiguo templo mudéjar de
los siglos XVI y XVII dañado por el Terremoto de Lisboa. Destaca su
interesante colección arqueológica, con piezas de diferentes épocas y
culturas.
La iglesia, de planta rectangular y aire
neoclásico, está formada por tres naves cubiertas por bóvedas vaídas,
capilla mayor con bóveda de cañón y lunetos y capilla sacramental
adosada a la nave del Evangelio. El crucero aparece cubierto por una
cúpula sobre pechinas que aporta una gran luminosidad al conjunto. Junto
a la portada principal se erige la torre. De clara inspiración en la
Giralda, esta imponente torre sufrió reforma tras perder el cuerpo de
campanas en el terremoto de 1755. La imagen actual alterna dinteles y
medio punto con decoración de azulejos y óvalos.
En
el interior destaca su profusa labor decorativa, tanto escultórica como
pictórica, que reviste las diferentes naves y retablos que componen toda
la iglesia. Cabe subrayar el retablo del altar mayor, que se eleva a
modo de columna tallada y decoración rococó, donde se encuentra la
imagen de la Asunción, y la interesante pintura en tabla que representa a
la virgen de la Antigua, atribuida a Villegas Marmolejo. También destacar un ejemplo de escultura funeraria, realizado para Dª Teresa López de Córdoba y Lope Suárez de Figueroa.
El Museo Parroquial de Écija
se encuentra instalado en el patio de la iglesia, donde muestra una
colección de restos arqueológicos prehistóricos, romanos y árabes. Una
de las piezas más valiosas es la cabeza en mármol de Germánico, de época
romana.
La iglesia de la Limpia Concepción de Nuestra Señora
La iglesia de la Limpia Concepción de Nuestra Señora de Écija, más conocida como iglesia de Los Descalzos, se encuentra a intramuros de esta localidad.
Se ubica en la calle de la Marquesa, cercana al convento de las Teresas, de la rama femenina de la misma Orden. Frente a su portada se abrió en la muralla la llamada Puerta de los Carmelitas, que da acceso a la calle Cavilla ya a extramuros de la ciudad.
Historia
Esta iglesia perteneció al convento de los Padres Carmelitas Calzados desde su fundación en 1591
hasta la desamortización. En 1910 la orden religiosa volvió a tomar
posesión de una parte del edificio, ya que las dependencias conventuales
fueron derribadas, y en parte adaptadas, para la construcción del Asilo
de ancianos regido por las Hermanitas de los Pobres.
La fundación del convento corrió a cargo del regidor Sancho de Rueda y
de su esposa María de Cárdenas, contando con el apoyo de Fray Agustín de
los Reyes. El regidor y su esposa donaron unas casas en la calle de la
Marquesa que pertenecieron al Conde de Biedma, y allí se construyó el
convento. La comunidad religiosa tomó posesión de ellas el 19 de septiembre del citado año 1591.
Tras su desamortización, en 1910 la orden religiosa volvió a
tomar posesión de parte del edificio, ya que parte de las dependencias
conventuales fueron demolidas y en parte adecuadas para convertido en un
asilo para ancianos que fue regido por la comunidad de las Hermanitas
de los Pobres. La comunidad estuvo presente en la localidad hasta
mediados del siglo XX, cuando pasó a estar bajo la jurisdicción de la iglesia parroquial de Santa María.
Iglesia
De aquel histórico conjunto monástico nos ha quedado en la actualidad su iglesia, conocida como "de los descalzos".
Organizada según una única nave de planta de cruz latina y capillas laterales entre los contrafuertes comunicadas entre sí, coro alto a los pies y presbiterio con testero plano, tras el que se ubica la sacristía.
La nave se cubre con bóveda de cañón con lunetos y cúpula sobre pechinas en su encuentro con el crucero.
Su inauguración tuvo lugar en el año 1614, si bien fue luego totalmente transformada a lo largo del siglo XVIII cuando se le añadió la rica decoración de yeserías y pinturas murales, que dotan al templo de una especial impronta barroca. La elaboración de sus ricas yeserías llegó a su grado más alto entre los años 1760 y 1770,
presentando abundantes motivos de rocalla de aquella época. En el
conjunto de las pinturas murales destaca la temática relacionada con la
representación de santos carmelitas y los anagramas de la orden,
icluídos en un amplio repertorio de formas mixtilíneas donde se combinan
la decoración de placas recortadas, elementos vegetales, rocallas y
figuras antropomorfas.
Además de todo un repertorio de imaginería propia de la Orden, (Santa Teresa o San Juan de la Cruz), distintos retablosbarrocos y algunos bienes muebles, como por ejemplo el órgano fechado en el tercer tercio del siglo XVIII.
La espadaña de la antigua torre consta de dos cuerpos y tres vanos de medio punto para las campanas. El terremoto de 1755 le afectó gravemente, habiéndose sometido a labores de reconstrucción.
Palacio de Santaella
Localizado en Écija, es de sumo interés la portada principal de la fachada del Palacio de Santaella,
obra del primer tercio del XVIII. Posee elementos ornamentales
singulares consistentes en figuras antepuestas a las pilastras a modo de
cariátides. La misma estructura se repite en el segundo cuerpo rematado
por un edículo en el que se ubica el escudo heráldico de la Familia.
En
un lateral de la fachada se ubica un retablo callejero decorado con
pinturas murales con la advocación de la Virgen de Valvanera que posee
todo el encanto de la época.
Accediendo al interior encontramos el
patio, muy característico de las grandes mansiones barrocas ecijanas.
La escalera de acceso a la planta superior, de gran suntuosidad, es de
dos tramos y su caja se cubre de cúpula profusamente decorada con
motivos pictóricos ya de la segunda mitad del siglo XVIII, es obra muy
relacionada con la fachada del Palacio de Peñaflor, probablemente realizada por el mismo taller
Es muy interesante la carpintería del Palacio de Santaella, con magníficas puertas talladas.