lunes, 21 de noviembre de 2016

LA GIRALDA

Resultado de imagen de la giralda

La Giralda es una de las atalayas más privilegiadas que tiene Sevilla, es uno de sus símbolos por antonomasia. Reconocible en el mundo entero, su silueta ha inspirado multitud de obras de arte e, incluso, monumentos muy similares, casi gemelos, haciendo que cualquier persona, aunque nunca haya estado en Sevilla, rápidamente lo reconozca. Es además uno de los monumentos árabes más conocidos del mundo.
Emblema por derecho propio de la capital hispalense, es uno de los sitios que ningún visitante debe perderse, so pena de arrepentirse toda la vida. Quizá no haya que llegar a tanto, pero la Giralda merece una visita sosegada y contemplativa que permita disfrutar tanto de su exterior como de su interior. Forma parte de la catedral, a la que da lustre y empaque y es uno de los campanarios más hermosos del mundo.


Breve historia
Corría el año 1182 cuando se dio por inaugurada la torre almohade, que se inspiró en sus gemelas precedentes de Rabat y Marrakech, hoy todavía en pie.
El toque árabe del monumento es indudable. No te pierdas el magnífico decorado exterior de la torre con la característica labor en rombos o de sebka, que es un motivo ornamental musulmán de lacería, formando figuras romboidales e inspirado, al parecer, en motivos textiles o en la silueta de las montañas.
Con la reconquista cristiana llegaría el nuevo cuerpo arquitectónico del edificio, incorporado en el siglo XVI: el campanario de la que se convirtió en catedral de la ciudad, rematado por la escultura que representa el triunfo de la fé, que hoy se conoce popularmente como el Giraldillo.
Esta enorme escultura de 4 metro actúa como veleta, y en su época fue la mayor de Europa.
El interior de la Giralda es muy sencillo, sin grandes ornamentos. La subida al campanario se realiza mediante rampas, diseñadas con el espacio suficiente como para permitir el paso de un caballo. Esta medida se tomó para facilitar la llegada a la cúspide del imán de la mezquita.
La Giralda es un monumento único en el mundo y representa como pocos el devenir histórico de la ciudad que le alberga. En esta torre hay elementos romanos, árabes y cristianos. En su origen se concibió como torre almenara de la mezquita mayor de la Sevilla almohade. Se utilizaron para su construcción elementos arquitectónicos romanos, de las cercanas ruinas de Itálica.
La visita
La subida es costosa, sobre todo en los calurosos días de verano de Sevilla, pero merece la pena por las estupendas panorámicas de la ciudad. Para los niños es toda una experiencia. La subida a la Giralda está incluida en la visita a la Catedral.
Solo por la contemplación de esta dama de origen árabe, merece la pena acercarse hasta ella. Una de las vistas imprescindibles del monumento, la podemos contemplar desde la plaza Virgen de los Reyes al situarnos justamente enfrente. La Giralda, majestuosa y, a la vez, cercana, se nos muestra con todo su esplendor, haciéndonos parecer motas de polvo a su lado.
Pero si espectacular es por fuera, con sus 97, 5 metros de altura y coronada por el conocido como Giraldillo, que es la guinda del monumento, aún lo es más al pasar a su interior. Sus 35 rampas, lo suficientemente anchas para que pase un caballo, de hecho parece ser que el encargado de llamar a la oración en el período árabe del monumento así lo hacia, llevan a los 17 últimos escalones que nos situaran en la zona visitable del monumento.
Tendremos la oportunidad de una de las vistas únicas y mas irrepetibles de la ciudad. Así que merece completamente la pena llegar hasta arriba, porque lo que veremos, será realmente maravilloso.

fuente: visitar-sevilla.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario